Un pequeño tipo de gusano plano o planaria es bien conocido en los laboratorios por su increíble capacidad para regenerar su cuerpo después de sufrir cualquier tipo de mutilación. Recupera músculos, neuronas, la epidermis, los ojos, e incluso puede crear una nueva cabeza. Pero aún hay más.
Un equipo de la Universidad de Tufts en Massachusetts (EE.UU.) ha comprobado que al animalito no solo le vuelve a surgir el cerebro tras una decapitación, sino también sus recuerdos a largo plazo. Para los investigadores, este gusano ofrece una oportunidad única para conocer cómo funciona la memoria y el aprendizaje.
Según explican en Journal of Experimental Biology, el equipo puso a prueba la memoria de los diminutos gusanos -miden entre dos y veinte milímetros- calculando cuánto tiempo les llevaba alcanzar la comida en un entorno controlado. Estos animales suelen evitar los espacios abiertos y las luces brillantes, pero habían sido entrenados en placas de Petri para ignorar esta circunstancia si querían encontrar comida.
Incluso después de una decapitación, los planarias que habían recibido entrenamiento fueron capaces de superar sus aversiones naturales y comenzaron a comer mucho más rápido que aquellos otros que no habían sido aleccionados.
Esta memoria persiste durante al menos 14 días, el tiempo suficiente para que el cerebro pueda ser regenerado. Pero los recuerdos no llegaron instantáneamente. Cada gusano necesitó un pequeño empujón para recordar lo que sabía; una sola lección fue suficiente. Los científicos no tienen claro cómo este proceso de memoria ocurre exactamente.
El cerebro de los gusanos controla su comportamiento, pero creen que algunos de sus recuerdos pueden quedar almacenados en alguna otra parte de su cuerpo. Por otro lado, es posible que cerebro original modificara el sistema nervioso del gusano, y a su vez que el sistema nervioso pueda haber alterado cómo el segundo cerebro se forma durante la regeneración.
A pesar de su aparente insignificancia, los gusanos planos tienen una anatomía compleja con alrededor de un millón de células. Viven en estanques de agua dulce y ríos de todo el mundo. Su genoma ha sido secuenciado, y su biología básica es bien conocida, por lo que es muy popular entre los investigadores.
El equipo cree que sus estudios pueden tener implicaciones importantes en el campo de la biomedicina, en los tratamientos con células madre derivados de los trastornos degenerativos del cerebro en los adultos humanos.
Artículo: Abc.es
Foto: biologia.edu.ar
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