Las galaxias, sistemas como nuestra Vía Láctea que contienen cientos de miles de millones de estrellas, son las piezas básicas del cosmos. Una de las metas más ambiciosas de la astronomía contemporánea es comprender cómo crecen y evolucionan, y qué motiva que algunas contengan más estrellas que otras.
Curiosamente, al contrario de lo que le sucede al ser humano, a las galaxias parece que les cuesta engordar. De hecho, existen pocas galaxias masivas. Un equipo de la Universidad de Maryland (EE.UU.) y el Instituto Max Planck de Astronomía (Heidelberg, Alemania) ha encontrado la causa. Los investigadores describen con un detalle sin precedentes en la revista Nature cómo un estallido de formación estelar puede expulsar el gas, el combustible del que se nutren las estrellas, lo suficientemente lejos para que durante un largo tiempo no puedan nacer muchas.
Los astrónomos han llegado estas conclusiones gracias a observaciones del telescopio ALMA en Atacama, Chile. Las impactantes imágenes muestran enormes chorros de gas molecular eyectados por las regiones de formación estelar en la cercana galaxia del Escultor, también conocida como NGC 253, con forma de espiral y situada en la constelación austral del Escultor (Sculptor). A una distancia de unos 11,5 millones de años luz de nuestro Sistema Solar, es uno de nuestros vecinos intergalácticos más próximos, y la galaxia con estallido de formación estelar más cercana visible desde el hemisferio sur.
Diez veces la masa del Sol
Los científicos descubrieron en el Escultor humeantes columnas de gas denso y frío huyendo del centro del disco galáctico. Esas enormes cantidades de gas molecular -cerca de diez veces la masa de nuestro Sol al año, o posiblemente mucho más- estaban siendo eyectadas de la galaxia a velocidades de entre 150.000 y cerca de 1.000.000 de kilómetros por hora. La cantidad total de gas eyectado sumaría más gas que el que realmente se empleó en la formación de las estrellas de la galaxia en el mismo tiempo. A estos niveles, la galaxia podría quedarse sin gas en tan solo unos 60 millones de años.
«Tenemos muestras evidentes de que algunas galaxias en crecimiento lanzan más gas del que absorben. Es posible que estemos viendo un ejemplo actual de algo muy común que ocurría en el universo temprano», explica Alberto Bolatto, autor principal del estudio, de la Universidad de Maryland. Estos resultados pueden ayudar a explicar por qué los astrónomos han encontrado tan pocas galaxias altamente masivas en el cosmos. Los modelos por ordenador muestran que las galaxias más viejas y rojas deberían tener mucha más masa y más estrellas que lo que observamos actualmente. Al parecer, los vientos galácticos o los escapes de gas son tan fuertes que privan a la galaxia del combustible necesario para la formación de la siguiente generación de estrellas.
«Ahora podemos ver, paso a paso, la progresión de cómo el estallido pasa a convertirse en gas escapando», señala Fabian Walter, investigador en el Max Planck y uno de los coautores del artículo.
Más estudios realizados el conjunto completo de ALMA ayudarán a determinar el destino final del gas expulsado por el viento, lo cual revelará si los vientos provocados por los estallidos de formación estelar reciclan el material que forma a las estrellas o realmente se lo arrebatan al entorno.
Artículo: Abc.es
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