Para probar la resistencia de la mecánica de sus vehículos, la compañía Ford ha creado unos robots que hacen las veces de probadores de coches que saldrán con posterioridad al mercado.
Gracias a unas cámaras y un sistema GPS, el robot es capaz de guiar al coche por rutas preprogramadas, evitando así al personal las consecuencias de los impactos a los que se somete el vehículo contra losas rotas de hormigón, rejillas metálicas, grandes adoquines, charcos con barro o retenedores de velocidad fijados en el asfalto.
Unos brazos hidráulicos que se controlan por medio de un ordenador aceleran, giran el volante, frenan y actúan sobre el cambio de marchas, mientras que las cámaras instaladas en el vehículo ayudan a ver qué ocurre en todo momento y un localizador GPS permite a los ingenieros recoger datos telemáticos en tiempo real y de forma más exacta.
De esta manera, se pueden realizar pruebas más duras y con mayor frecuencia, sin que la salud de los trabajadores se vea afectada.
Fuente: RT.COM
Foto: theautolog.com
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