viernes, 31 de mayo de 2013

¿Un cigarrito?

(ABC.ES) Son bien conocidas las consecuencias negativas que tiene el tabaco sobre nuestro organismo, sin embargo las grandes desconocidas son las que las que tiene sobre nuestra cavidad oral.

El humo del tabaco suele entrar por la boca y, tras hacer un recorrido por todo el tracto respiratorio, se expulsa por la boca o la nariz. A lo largo de todo este trayecto, el aumento excesivo de la temperatura y los materiales de la combustión causan microagresiones continuas.

Desde Vitaldent, compañía especializada en servicios odontológicos, advierten de que la nicotina y el alquitrán, que se disuelven en la saliva, penetran en el interior del diente hasta llegar incluso a la dentina. Así, las piezas dentales adquieren un color pardo amarronado, que puede llegar a ser negro, y son más propensas a la aparición de sarro, aumentando el riesgo de gingivitis, periodontitis o piorrea, en los casos más severos.

Por otra parte, la nicotina tiene un efecto vasoconstrictor de la microcirculación gingival y reduce el aporte de oxígeno y nutrientes a la encía, por lo que el tejido de sujeción del diente disminuye. El humo del tabaco reduce la capacidad inmunitaria y favorece la aparición de bacterias en la placa bacteriana, lo que hace que el diente sea más propenso a la acumulación de sarro y más débil frente a la acción de las bacterias.

Los fumadores, por ejemplo, presentan una mayor prevalencia y gravedad en la periodontitis, una encía con un tono más pálido y dientes con pérdida de soporte óseo, con una estética que envejece la sonrisa, ya que desaparecen las papilas de la encía entre los dientes y aparecen espacios oscuros en su lugar.
¿Y las caries?

Entre los fumadores se observa mayor presencia de caries en las raíces de los dientes, ya que el tabaquismo provoca la pérdida de su soporte y expone la raíz, área del diente con un riesgo de caries elevado. A su vez, presentan una disminución de la secreción salivar, lo que conlleva una menor capacidad neutralizadora de la placa.

Síntomas

● Enrojecimiento de las encías.
● Retracción del tejido gingival.
● Movilidad en los dientes.
● Aumento de la sensibilidad dentaria al frío y al calor.
● Mal aliento.
● Aparición de abscesos y flemones en las encías.
Cáncer oral, la consecuencia más grave. 

Es sin duda, el problema más serio relacionado con el tabaco. Los fumadores que no consumen alcohol tienen un riesgo entre 2 y 4 veces mayor de desarrollar cáncer oral que las personas que no beben ni fuman.

Dejar de fumar se presenta así como un factor preventivo determinante para evitar estas enfermedades.

Síguenos:

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario