En un tiempo muy breve, desde los primeros prototipos hasta la actualidad, los robots se han incorporado a los trabajos rutinarios casi sin que nos diéramos cuenta. Un breve recorrido por alguna de las principales ciudades del mundo permite observarlos en acción, ya sea trabajando como guías de museo, meseros de un bar, o incluso preparándose para una primera excursión al espacio.
Un histórico pionero entre los androides humanoides es el célebre robot de la compañía Honda, Asimo, quien, tras desempeñar una interminable lista de tareas desde su creación en el año 2000, trabaja actualmente como guía en el Museo de Ciencias de Tokio. Otro ejemplo de tecnología -en este caso más moderna- al servicio de la diversión está representado por Makr Shakr, el robot diseñado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para preparar tragos en un bar.
Del otro lado del océano, en Bangkok, el robot Hajime hace de las suyas también en el sector gastronómico, en donde se desempeña como mesero, llevando y trayendo los platos y copas de los comensales. Pero sin lugar a dudas, el orgullo de la camaradería cibernética es Kirobo, un robot astronauta capaz de entablar largas conversaciones, que se prepara para viajar a la Estación Espacial Internacional en los próximos meses, cuando participará de un experimento que intenta saber de qué modo puede influir la compañía de un robot en el ánimo de la tripulación a bordo.
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