Desde hace ya ocho años, los astrónomos han escrutado la Luna en busca de explosiones causadas por el impacto de meteoritos sobre la superficie de nuestro satélite. Y se han dado cuenta de que esos impactos son mucho más comunes de lo que nadie hubiera esperado. De hecho, se han observado ya varios centenares de ellos. Pero el pasado 17 de marzo, los investigadores registraron la mayor explosión lunar de toda la historia de este programa.
“Ese día -afirma el astrónomo Bill Coke- un objeto de las dimensiones de una roca grande impactó contra la superficie lunar, en Mare Imbrium. Y explotó con un brillo diez veces superior a cualquiera de los que habíamos visto hasta ese momento”.
De hecho, la explosión fue tan brillante que cualquiera que hubiera estado observando la Luna en ese momento podría haberla visto sin necesidad de telescopio alguno. Durante cerca de un segundo, el lugar del impacto brilló con la intensidad de una estrella de magnitud 4.
Ron Suggs, un analista del Centro de Vuelos Espaciales Marshall, fue el primero en detectar el fogonazo, recogido en un vídeo grabado de forma automática por uno de los telescopios del programa. “Saltó justo en frente de mí -afirma el investigador-, y era muy brillante”.
El objeto que causó la explosión no era muy grande. Se trató de una roca de apenas 30 ó 40 cm. y unos 40 kg. de peso. Aunque, eso sí, a una extraordinaria velocidad, superior a los 90.000 km. por hora. A pesar del tamaño de la piedra, la explosión fue equivalente a la de cinco toneladas de TNT.
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